N ESTA OCASIÓN, AMBOS VIAJAN HASTA CUBA PARA COMPONER ESTE ÁLBUM QUE RESPIRA A MAR Y QUE APORTA UN AIRE NUEVO A LAS HABANERAS
Esta historia comienza con un recuerdo, que se convierte en una idea y con unas viejas canciones de marineros que se han transformado en una aventura mágica e irrepetible que nos transporta, desde la Huerta del Segura, pasando por las playas de Torrevieja, hasta la antigua y bella ciudad de La Habana (Cuba).
CAREY es el proyecto de Aaron Saez (escritor, compositor y componente de Varry Brava) y Antonio Turro (productor musical, profesor y concertista de guitarra clásica) que viajan, en esta ocasión, hasta Cuba para componer y materializar este LP de diez canciones que son una delicia musical y que lleva por título “La Casa Rosa”. Un álbum de habaneras que homenajea, desde la admiración, a un género casi extinto entre la vorágine de la escena musical actual, haciéndose un hueco en el corazón de quien lo escucha. Su título surge de un cúmulo de casualidades: esa Laguna Rosa de Torrevieja, el color rosa de las paredes del estudio de Pablo Milanés donde se grabó el disco y el guiño del destino que supuso conocer a la señora Rosa, la mujer que los acogió en su reciente periplo cubano.
Las habaneras se abren camino en festivales con solera de la geografía española (Torrevieja, Palafrugell), pero también sobreviven en las cantinas, en las gargantas de viejos lobos de mar que apuran el penúltimo sorbo de la melancolía antes de pedir la cuenta. La intención de CAREY con “La Casa Rosa” no es otra que la de revisitar este género de música mestiza y viajera cuyos orígenes datan de mitad del siglo XIX. Melodías con regusto a delicada fusión sonora donde Europa, África y América comparten mantel, aderezada con un toque de vanguardia para insuflar un aire fresco y renovador a una música que ha permanecido cogiendo polvo en un rincón injustamente relegado al olvido. CAREY nace para abrir ese cajón y desempolvarlo de un soplido para apuntalar los recuerdos de la infancia de Aarón, como ese olor a sábanas limpias tendidas al sol en un patio con limonero mientras en boca de su abuela tomaban forma habaneras clásicas y atemporales que le enseñó su padre, un marinero que hacía la ruta desde la Laguna Rosa de Torrevieja hasta el mar Caribe. Canciones que, por supuesto, quedaron incrustadas en lo más profundo de su ser y que suponen el germen creativo de este disco. Algunas de ellas, nuevas y otras versiones acuñadas con mimo casi artesanal por las manos de una banda de música actual con auténticos virtuosos del ritmo como Pancho Amat, (el legendario tresero cubano), Miguel Núñez al piano, los vientos de Havana D´Primera, o la percusión de un maestro como Adel González. Y todo con un sonido deudor de grandes figuras como Santiago Auserón y mostrando la misma pasión por el género que Alejo Carpentier, tan devoto que juraba y perjuraba ser habanero pese a haber nacido en Suiza.
La grabación se completa posteriormente con músicos españoles para conseguir reforzar la auténtica esencia de las habaneras: ser un canto de ida y vuelta. Que resuene su eco como antaño, con fuerza desmedida a ambos lados del Atlántico.
Una aventura llena de músicos y de música, de casualidades y de personas irrepetibles; de ciudades y mares y sobre todo de amor por la música que nos une a los dos continentes. Una investigación musical y cultural que llega ahora a Torrevieja, de la mano de nuevas voces como las de CAREY para seguir el legado de un género, el de las habaneras, tan ligado a la zona y que nos ha acompañado desde el principio de los tiempos, en cada puerto, en cada viaje. Aaron Sáez y Antonio Turro recuperan, en este proyecto, los antiguos hilos de este género con nuevas melodías y palabras para seguir tejiendo esta tradición musical.
“La Casa Rosa” es tan solo es el comienzo.
Paralelamente a la publicación de este disco, el dúo hará una gira de presentación de su nuevo álbum con la que llevará el son de La Habana por distintos rincones de nuestro país:
12 septiembre – Alicante
13 septiembre – Sevilla
14 septiembre – Málaga
27 septiembre – Elche
24 octubre – Cartagena (Murcia)
26 octubre – Valencia
9 noviembre – Murcia
+ Fechas por confirmar
BIOGRAFÍA E HISTORIA PERSONAL DEL INICIO UNA AVENTURA
Por Aarón Saez
Hace unos meses me propuse componer y grabar un disco de habaneras, yo vivo actualmente entre Madrid y Torrevieja, ciudad de la que es mi familia, y allí se celebra el certamen de habaneras más longevo que existe en el mundo, cumple 75 ediciones justo este año.
La habanera (intento no ser muy técnico) es una música mestiza y viajera, y es además la piedra fundamental de la unión musical entre Europa, África y América que arranca en el s.XVI y empieza a cristalizar en el s.XVIII y s.XIX. Las melodías y formas europeas se mezclaron en cuba con los ritmos africanos y dieron pie a la forma rítmica de la habanera de la que florecieron seguidamente el tango, el bolero, el jazz con el spanish tingue de Nueva Orleans, los cantes flamencos de ida y vuelta, por supuesto. Y es que gran parte de la personalidad musical tanto hispana como mundial, salieron de este momento concreto, de este ritmo, de este movimiento y de este impulso vibrante y luminoso, tras la colisión de la cultura europea, africana y la naciente americana del norte y del sur.
Pero la habanera clásica que cantaba mi abuela y que se canta en el mediterráneo (y también en Galicia, Asturias o Cádiz) se quedó sin renovar desde principios del s.XX, desapareció de Cuba al tiempo que desaparecía la dominación española, y se refugió en las costas del levante para echarse a dormir sin apenas variar durante décadas y décadas. Así que mi idea era componer nuevas habaneras (desde el ritmo, la estética y la temática de los marineros) y devolverlas a la Habana para grabarlas con músicos cubanos, para retomar ese hilo y seguir haciendo girar la rueda de los cantes de ida y vuelta. Jugar con nuestro tesoro cultural, darle aire, ponerlo a la vista de todos, ver qué ocurría si seguíamos jugando juntos y creando otra vez una nueva vía de comunicación, hacer, en resumen, que nuestra poderosa historia cultural y musical compartida siga latiendo y creando nuevas obras.
Reivindicar el pasado y construir un futuro juntos.
En lo personal, en lo que hago hincapié en el vídeo, mi bisabuelo era uno de esos marinos que hacía ese viaje desde la Laguna Rosa de Torrevieja hasta el mar Caribe, llevando la sal y trayendo el azúcar, el café, el ron, el tabaco, y la música, y por eso también me siento emocionalmente unido a esta historia, como mi abuela está unida aún con 94 años al anillo de oro de Cuba que su padre le trajo de la isla y que es su alianza de bodas.
Llegar a La Habana y que la señora Rosa (la mujer que nos acogió al lado del estudio de Pablo Milanés en el que grabamos) cantara las mismas habaneras que mi abuela me cantaba cuando era niño, supuso un choque emocional, y la constatación de que algo nos une, y de que era una misión bella intentar revivirlo, seguir creando en esa línea, e intentar contarlo.
Guiado desde siempre por las obras inmensas de Alejo Carpentier, de Santiago Auserón, de tantos y tantos músicos y musicólogos (amigos que empiezan a aborrecer mis insistentes cuestiones y dudas) que han abierto investigación y camino a lo largo de los años.
Pero para mí esto no es el final de un proyecto, es el inicio de algo más grande y más dilatado en el tiempo. Mi sueño, al igual que he hecho en Cuba con mi proyecto rastreando las esencias musicales que nos unen, para componer y trabajar nuevas músicas, es poder hacer esto con más países y artistas, y de la misma forma que la habanera ha sido nexo de unión con Cuba, poder llevar a músicos españoles a otros países para componer y grabar bambucos en Colombia, boleros en México, valses en Perú o zambras en Argentina. Trabajar nuestra herencia musical común, el tesoro cultural más grande que tenemos, no solo la lengua es la misma, la música también, y poder avanzar en esos caminos sería un sueño y un trabajo que creo podría ser muy atractivo y muy interesante para toda la gente que ama la música y para nuestra cultura en general. Tender puentes y además, usarlos y recrearnos en nuestros paseos por ellos, para seguir disfrutando de nuestra tradición creando obras nuevas. El éxito de la cultura latinoamericana actual, su hegemonía musical mundial, también se puede entender desde estas raíces, y seguir ese camino, crear y componer juntos es algo que podría dar un gran resultado.