El Consell da luz verde al anteproyecto de ley que bonifica al 99% el tributo
El primer pleno del Consell tras las vacaciones de verano ha aprobado este martes en Castellón el anteproyecto de ley que recoge una de las principales promesas electorales del presidente de la Generalitat, el popular Carlos Mazón, también incluida en el pacto programático con Vox: la supresión del impuesto de sucesiones y donaciones o, como lo llama Mazón, «el impuesto a la muerte». En concreto, se trata de la bonificación al 99% de este tributo transferido a la Comunitat Valenciana, lo que supondrá que la Generalitat deje de recaudar casi 400 millones de euros anuales (algo más del 1% de su presupuesto). Su vigencia será desde el 28 de mayo de 2023, es decir, será efectivo para aquellas herencias y donaciones entre familiares cercanos (descendientes y adoptados, cónyuges, ascendientes y adoptantes) que se hayan devengado tras las elecciones autonómicas.

El jefe del Consell ha manifestado que con esta medida «se evitan injusticias, dobles imposiciones y se adquiere un compromiso fiscal, histórico y, sobre todo, moral». Además, ha añadido que con esta decisión se agradece «pero no se grava» el esfuerzo de «nuestros padres y abuelos, que nos han entregado lo mejor de su historia para que lo podamos disfrutar, lo aceptemos con responsabilidad y para que esa herencia, con absoluta libertad, la hagamos más merecedora de la siguiente generación».
La medida, aunque esperada, ha desatado críticas y elogios entre sectores políticos y empresariales. En el primer caso, desde la oposición, el PSPV y Compromís han cargado contra Mazón, a quien acusan de «no gobernar para la mayoría» al suprimir el impuesto de sucesiones, al tiempo que han augurado que habrá «recortes» al dejar de ingresar las arcas públicas unos 400 millones.